La tienda de música

Entrar a una tienda de implementos musicales; esto es, un expendio de instrumentos, electrónica e iluminación, es como entrar a una fábrica de sueños (valga el lugar común).  Los clientes miran, se miran y te miran con los ojos encandilados de soñarse despiertos tocando aquella guitarra en la vitrina tan bien como el Santana que la tiene en sus manos en el cartel del fondo. Un micrófono Shure SM-58 (“de bolita”) automáticamente eleva al tenedor al rango de las grandes voces del rock. Una mezcladora y unas bocinas con power casi, casi te vuelven profesional.

Esos ojos encandilados se reconocen entre sí, aun en un local lleno de extraños.  Se leen los sueños mutuos, intercambian miradas de empatía y se pierden de vista al concluir sus respectivas compras; pero antes, la afirmación no verbal:  mírame bien, pues llegaré al estrellato.

Así armados los clientes van abandonando la tienda en pos del sueño que, después de todo, siempre es el primer paso hacia la realidad.

2 comentarios

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2 Respuestas a “La tienda de música

  1. Estás lista, creo, para hacer crónicas… enhorabuena!!!!

  2. Brenda

    Qué bonita manera de describir y reflejar el músico que todos traemos dentro. Me encanta leerte Martha, es un placer, enhorabuena por tu vocación de escritora! Ahora sólo me falta escucharte cantar buen rock, espero pueda ser muy pronto!

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