El domingo, el abrazo de mis amados hijos.
El lunes, la sonrisa de mi nuevo amor, mi nieto.
El martes se fuga mi corazón con la pasión del rock en vivo.
El miércoles, despedida del hogar que me fue mi Tía Rosa.
El jueves, calidez reconfortante en los amorosos guisos de mi hermana.
El viernes, me entierro en la bendición de mi trabajo.
El sábado vierto calladamente los frutos de estos amores
-tan semejantes a lágrimas- con el sonido de estas teclas.
Semana de amores
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